La luz oscura del gnóstico, el fuego helado del verso; el dolor glorioso de un amar breve y pausado. Fragmentos unidos por un cartógrafo de la imagen; el inicio en el final, así, como un último Génesis.
La artista plástica Fabiola Betancourt controla la oposición de los términos y los vuelve imágenes que transmiten la contradicción como un concepto visual más allá de toda lógica. En sus cuadros se congrega la fuerza de la idea que, incluso, el color acompaña fielmente la seguridad de la imagen: es el principio de su composición. Una artista conceptual que resume en el arte de lo breve y sencillo un mundo de posibilidades. Un mundo de principios contradictorios que se saben y se acompañan en el símbolo para revelarle a la existencia un posible sentido: el sentido de la oposición como un fluir de la vida y del arte